Sergio Martínez fue campeón mundial de los medianos del CMB y OMB, y anteriormente de los superwelter del CMB. Se mantuvo como Campeón lineal de peso medio por 50 meses entre 2010 y 2014, lapso en el que también fue considerado el 3er boxeador libra por libra del mundo, tras Manny Pacquiao y Floyd Mayweather. ¿Para qué volver, ahora con 45 años, a parirla ir tras otra cinturón?
Maravilla le contestó a Olé: “Porque conozco qué hace falta y ya pasé por eso, y sé que tampoco es tan duro, tampoco es pa’ tanto. Es difícil y te pueden lastimar, pero trabajo para eso: el desafío no es lo mucho que yo vaya a golpear, es lo limpio que pueda quedar después de cada combate; con 45 años es un desafío extraordinario. Y porque es importante lo que estoy disfrutando hoy, que no lo disfruté en 19 años anteriores de carrera. No tuve la cabeza yo ni mi equipo. Antes, lo importante era el objetivo, me equivoqué mucho tiempo. En los últimos años estuve haciendo algo que no sabía que existía: desarrollar consciencia sobre cada uno de mis actos, mis movimientos y momentos que estoy viviendo”.
Disfrutar, camino, piedras… Hay un Maravilla más reflexivo que analizó esta búsqueda: “Hoy puedo hasta darme el lujo de disfrutar los momentos de sufrimiento. Este último mes fue extraordinariamente duro. Por los entrenamientos y además porque yo tengo obras de teatro que estaba haciendo. Terminaba un entrenamiento y no es que almorzaba, lavaba la ropa, me acostaba. No. Llegaba y le agregaba cinco horas de ensayo (muestra las hojas) con un guión que tengo acá, de 20 páginas que hay que memorizarlas a la perfección, y pude hacer todo eso. La obra (Bengala) la estrenamos hace 10 días, fue un esfuerzo monumental, no había hecho nunca eso. Y todo lo que hice me lo fui poniendo yo”.
“A veces, uno cree que las piedras en el camino son las que te dan el crecimiento, pero en realidad las piedras son el camino, es lo que tenés que recorrer para crecer. Como fui consciente de eso me puse una serie de quilombos, porque además hago un show de humor, y el streaming que hice, muchas cosas que fui preparando antes del combate. Todo eso me dio un crecimiento que no lo tuve en los últimos cinco años. Y a mí eso me encanta. Hoy soy mucho mejor, más eficaz, mucho más fuerte física y mentalmente. Estoy mejor en todo que hace dos meses, y soy consciente de eso”, agregó.
Por eso, además, después de perseguir esta meta buscará muchas más: “Mientras me dé el cuero yo voy a tirar para adelante con todo lo que pueda. Tendré que ir cambiando, ahí está el tema. A medida que hago más cosas tengo más energías para hacer todavía más, pero no más de lo mismo. Necesito estar activo, siempre. El día que pare, me muero. Si no me siento productivo, la cabeza se me cae. No puedo descansar tres meses, me muero. Los shows que hago, que escribo, las 20 páginas, pensar, actuar, el boxeo… Tenés que estar atento porque te comés golpes de tus rivales o el público, y el desafío es tratar de que sean los menos posibles”.
¿Cuál es un desafío que quiere cumplir el quilmeño? “Hay algo que tengo en mente. Todo comenzó en una charla con Facundo Manes, en la que me preguntó a qué le tenía miedo. Tengo una casa amplia, linda, pero para mí es muy grande. De vez en cuando viene mi chica -ahora está del otro lado-, pero se hace más ameno. Aunque me da terror saber que voy a vivir hasta que me muera en esta casa, pánico me da. No sé por qué. Entonces, tengo pensado vender esta casa, comprar dos departamentos en el centro de Madrid y ponerlos a trabajar”.
“Me iré a vivir ahí unos dos meses, y después me iré un mes a Nepal, después a Sídney, un mes a Londres –agregó-; luego viviré cinco meses en la Argentina. Después en Nueva York, Ibiza,Tenerife, Bali. Mientras tanto, voy a combinarlo con las charlas que doy, los shows, las obras, con el trabajo. Tratando de adaptar el trabajo a esa vida que quiero llevar. Es una decisión fuerte, o por lo menos para mí. Yendo con una mochilita, un vaquero, dos remeras y un par de zapatillas, yo marcho por el mundo”.
Fuente: Diario Olé