Fue la fiesta más esperada. Desde la fundación de Colón, el 5 de mayo de 1905, porque se trató del primer título de la historia de la institución. Y desde el 4 de junio de este año, cuando el Sabalero entró en la gloria al ganarle a Racing por 3 a 0 en la final de la Copa de la Liga Profesional, en San Juan.
Por eso, todos los hinchas que fueron al Brigadier López, muchos más que el 50% permitido por las autoridades, se quedaron tras el 0 a 0 ante Banfield para disfrutar del recital de Sergio Torres, ya un emblema de los santafesinos, y después de la tan ansiada celebración… apareció el Pulga Rodríguez, hoy en Gimnasia, que se tomó el avión para ser partícipe de la emoción con quienes fueron sus compañeros en aquella gesta.
El delantero, figura del equipo campeón al mando de Eduardo Domínguez, recibió el trofeo de la mano del presidente Vignatti, reelecto hace poco, y lo llevó con los jugadores que esperaban en la mitad de la cancha. Levantaron la copa, hubo papelitos, cantitos, saltos y después la postergada vuelta olímpica con la gente.
Ahí fue Bernardi ofrendando el trofeo, también lo agarró Burián, y la melodía seguía intensa, mientras el Pulga no se sacaba la camiseta. No faltó la famosa palomita hacia el trofeo, con todos los campeones desbordados de emoción mientras en las tribunas había pleno éxtasis y sintonía.
“Agradezco a los dirigentes que me invitaron, yo ya no estoy en la institución, también a Gorosito y Gimnasia que me permitieron estar acá. Disfrutar del primer campeonato de Colón es una alegría inmensa. Son recuerdos muy lindos, para mí y mi familia, pasamos dos años y medio muy lindos. Habíamos perdido la final de la Sudamericana y después nos coronamos campeones. No hay palabras para describir. Es verdad que el fútbol es por plata, pero esto es para siempre. No hay dinero que pague estos momentos. Cualquier equipo puede comprar una copa pero no es lo mismo que ganarla en la cancha”, dijo Rodríguez.