Que el fútbol cambia de manera constante es una obviedad tamaño pandemia pero tiene una variable que lo rige, lo direcciona y lo distingue que es el pase al compañero. Y Argentina tuvo pase en Lima, encontró opciones de toque en distintos sectores de la cancha a partir de movimientos precisos y así desbloqueó un partido inicialmente parejo y lo ganó por 2 a 0.
Prevalecen, por inevitable peso propio, el de Lo Celso para Nicolás González y el de Paredes para Lautaro Martínez. El primero horizontal para el 1-0 del zurdo del Stuttgart; el segundo vertical para el 2-0 de Toro del Inter. Los dos bien pensados y mejor ejecutados, y que además sirvieron para aplacar ánimos y enterrar incógnitas por ese largo análisis del VAR y el acierto del colombiano Roldán en no cobrar penal de Armani a Cueva.
Si hasta acá no se mencionó a un tal Messi es porque una noche, y fue esta noche en Lima, el equipo actuó como tal, con el 10 como un eslabón más de una cadena aceitada. Un eslabón esencial, claro, pero un eslabón al fin de cuentas.
En este contexto, emerge una revelación como Nicolás González. No es fácil jugar y asentarse en la Bundesliga (sino que lo digan Alario y Palacios, por caso) y el ex Argentinos hizo de todo. Después de ser lateral izquierdo y convertir de cabeza en la Bombonera contra Paraguay, fue volante por ese sector en ese 4-4-2 absolutamente flexible que puso Scaloni en Lima.
Desde ahí, y a partir de una potencia física que no le quitó ni le quita control de la pelota, se transformó en la figura de la noche. Y si hubiera jugado así en un estadio de la Argentina con público, habría sido ovacionado cuando lo reemplazó Di María.
A esta victoria para cerrar un 2020 espantoso le faltaron algún que otro ajuste en las pelotas paradas y el gol de Messi. Un gol que el capitán buscó y no se le dio, situación que hasta Pablo Aimar lamentó con una mueca desde el banco.
Diez puntos sobre 12 posibles es una cosecha casi óptima en este complejo escenario que son las Eliminatorias en esta parte del planeta. La tan mentada renovación es un hecho y se endereza con actuaciones como ésta frente a un Perú sobre el que el Tigre Gareca deberá trabajar bastante. Su trabajo, Argentina lo hizo con el pase como bandera y distintas asociaciones en cualquier sector de la cancha.
Fuente: Diario Olé